martes, 29 de diciembre de 2009

Lydia qué?


   Cada vez que escucho o leo algo acerca de Lydia Lunch me encuentro con la siguiente frase: "La mejor forma de definir a Lydia Lunch es no tratar de hacerlo". Siempre pensé que era una escusa barata para no analizar a fondo y tratar de describir su trabajo, tanto musical como literario, pero me equivoqué. La mejor forma de definir a Lydia Lunch es no tratar de hacerlo. Esas guitarras demenciales, depresivas, eufóricas y aveses tan armónicas, esa voz tan estruendosa, aveces seductora y muy erótica y otra veces inocente e infantil, ese saxofón que te lleva desde la locura extrema hasta el sillón más cómodo y placentero del mejor burdel. Un paseo por lo más profundo u hondo de tu mente, por lo más sucio y depravado, por lo violento y lo fatal, si, lo fatal, porque la obra de Lydia Lunch está plagada de fatalidad, ese algo inevitable que nadie puede revocar, ese algo que te condena a las profundidades del avismo. Pero ella no pretende dejarte ahí muriendo, no, ella quiere que lo entiendas, reflexiones y aprendas de ello, que sigas adelante y trates de dar lo mejor, porque a pesar de que la tilden como una perra, ella es pura, sin malas intenciones, pero directa y agresiva, de esas que no temen escupirlo todo en tu puta cara. Por eso, para que me entiendas... para que la entiendas, aquí te dejo un regalito que más vale que escuches y proceces bién...





1980 - Lydia Lunch - Queen Of Siam








Tracklist:
01. Mechanical Flattery
02. Gloomy Sunday
03. Tied And Twist
04. Spooky
05. Los Banditos
06. Atomic Bongos
07. Lady Scarface
08. A Cruise To The Moon
09. Carnival Fat Man
10. Knives In The Drain
11. Blood Of Tin





1982 - Lydia Lunch - 13.13








Tracklist:
01. Strates To Nowhere
02. 3x3
03. This Side Of Nowhere
04. Snakepit Breakdown
05. Dance Of The Dead Children
06. Suicide Ocean
07. Lock Your Door
08. Afraid Of Your Company





1995 - Teenage Jesus and The Jerks - Everything








Tracklist:
01. Red Alert
02. Orphans
03. The Closet
04. Burning Rubber
05. I Woke Up Dreaming
06. Freud In Flop
07. Baby Doll
08. Race Mixing
09. Crown Of Thorns
10. My Eyes
11. Less Of Me
12. Red Alert (Mk. II)





1997 - 8 Eyed Spy - Luncheone








Tracklist:
01. Diddy Wah Diddy
02. Lazy In Love
03. Love Split
04. Dead Me You B Side
05. Swamp
06. Run Through The Jungle
07. Motor Oil Shanty
08. You Twist I Shout
09. Looking For Someone
10. Lightning's Girl
11. Innocence
12. Boy Meets Girl
13. 2 Square
14. I Want Candy
15. Ran Away Dark





2004 - Lydia Lunch - Smoke In The Shadows








Tracklist:
01. Hangover Hotel
02. Smoke In The Shadows
03. Johnny Behind The Duece
04. I Love How You...
05. Touch My Evil
06. Lost World
07. Sway
08. Gone City
09. Blame
10. Pass The Night
11. Portrait Of The Minus Man
12. Trick Baby
13. Hot Tip













Lydia Lunch - 3x3



viernes, 18 de diciembre de 2009

Black


El negro es el principio de todo, el punto cero, la silueta. Primero viene el continente y después el contenido. Sin sus sombras, su relieve y su ayuda, sería como si los demás colores no existieran. Al mismo tiempo, el negro es la suma de todos los colores. Es voluble, cambiante, nunca es igual. Existe una gran variedad de tonos negros: el negro suave de las transparencias, el negro apagado y triste de los crespones de luto, el negro noble e intenso del terciopelo, el negro riquísimo del tafetán o la fuerza de la seda (faya), el negro resbaladizo del satén, el negro alegre y oficial del charol… El negro hace que la lana parezca carbón, da al algodón un aire rústico y confiere a los nuevos tejidos un toque travieso.


La nieve me resulta algo ajeno, no me gusta la leche y las novias de mis desfiles siempre llevan trajes multicolor. Sólo tolero el blanco en las deslumbrantes casas encaladas de los países mediterráneos. Me hipnotizan los tonos rojos y dorados. Se dice que éstos, junto al negro, son los colores de la locura. No en vano el director Ingmar Bergman filmó un piso totalmente pintado de rojo en Gritos y susurros. Hay que decir que el negro es el auténtico pilar del sur, una presencia tranquilizadora, algo visible: ya he hablado de los sutiles matices que puede darse al negro, como en los cuadros de Franz Hals o Velázquez, de los hábitos de las monjas arlesianas de mi infancia, a las que el sol arrancaba destellos diversos. Incluso me atrevería a afirmar que el negro tiene un aroma propio que los otros colores hacen desaparecer bajo el sol. Se puede decir lo mismo del negro de los toros, que tantos adjetivos poéticos arranca a la entusiasmada aficíon. Al contrario que el blanco, el negro puede “penetrarse”, tiene espesor, es voluptuoso, una pequeña mancha negra puede contener todo un mundo. Es casi imposible resistirse al guache que sale de un tubo, a la pintura acrílica color negro oscuro que resbala por el bote, a la tinta china que mancha el frasco o al negro en cualquier otro lugar. Vienen ganas de tocarlo, de extenderlo con grandes pinceladas o incluso con las manos. El negro es, al mismo tiempo, materia y color, luz y sombra, cuyo elogio definitivo cantó Barthes. El negro no es ni alegre ni triste. Es atractivo y elegante, perfecto e indispensable. Es tan difícil resistirse a él como a la noche. Los niños no deberían temerle, ya que, aunque su misterio puede provocar miedo, el mismo desvela sus secretos.

Christian Lacroix